La «píldora abortiva» es el nombre común de dos medicamentos que se utilizan juntos para interrumpir un embarazo: mifepristona y misoprostol. La mifepristona bloquea la hormona progesterona, que impide el avance del embarazo. El misoprostol se toma entre 24 y 48 horas después de la mifepristona y provoca hemorragias y calambres cuando el útero se contrae y expulsa el embrión. Estos medicamentos sólo están aprobados por la FDA para su uso hasta las 10 semanas de gestación.

La primera píldora, la mifepristona, se toma en la clínica abortiva.
La segunda píldora, el misoprostol, se toma en casa. Después de tomar la píldora abortiva es necesario acudir al médico para determinar si el aborto ha sido completo. Esta atención debe incluir tanto una ecografía como un análisis de sangre.